HUMANO SENTIMIENTO, DIVINO SUFRIMIENTO

,
Yo crecí silvestre como el colibrí
Siempre trabajando, de ratos descansando
Mi vida no fue nada grato; anduve por caminos espinosos
Y sombríos, pero siempre encontré una mano amiga que
Me daba un mendrugo de su amistad y cariño, aquel
Que siempre busque desde niño, aquel que no me lo dieron,
Quizá porque creían innecesario, tal vez porque no sentían amor por mí.

No hay rencor en mi corazón, los amo de todas maneras, pero cuanto
Vacío llevo dentro que ni toda el agua del mar lo llenaría.
No exagero en decir que mis lágrimas incrementaron el nivel de mar,
Desde mi infancia hasta hoy.
Soledad, amiga entrañable de mis cálidos y fríos días; hoy que
Reposo junto a ti me doy cuenta de que naciste conmigo
y a tu lado quisiera mirar por última vez el ocaso.

Señor porque me has abandonado si yo no hice nada malo,
Señor porque no escuchas mis plegarias, acaso andas ocupado
O tal vez aún no has bajado de la cruz y sigues padeciendo al igual que mí.
Tal vez quieras que me golpee el pecho en el altar y te encienda una vela.
Señor hay tanto dolor y hiel en estas líneas que si me arrancarías el soplo divino
Sería algo divino. Señor están tocado mi puerta han venido a verme,
Creo que escuchaste mis oraciones…

Dedicado al poeta